martes, enero 19, 2010

Piñeramiente.cl y la historia de El Mercurio Miente


Ayer El Mostrador cuenta que Piñeramiente.cl, un dominio de internet, es objeto de disputa entre su creador y el Presidente electo. La historia recuerda a Elmercuriomiente.cl, ayer propiedad de un grupo de estudiantes de la Universidad de Chile, pero hoy a nombre de Agustín Edwards E y Compañía.

La historia empieza en el invierno de 2001, cuando con datos desde el interior de la Casa Central de la U. de Chile, El Mercurio denuncia manejos financieros oscuros en la Federación de Estudiantes, todo bajo el sugerente título de “Cheque a Fech” en plena portada del Cuerpo D. Meses después, el mismo diario nos contaría que “la Fech era inocente”, aunque ya no fuera tema para portada sino para una caluga en los “Cuentan qué”. En ese entonces, junto con recurrir a la Ley de Prensa para utilizar el derecho a réplica entregando una carta certificada en las oficinas del diario, estuvo en el frontis de la Fech un cartel con “Como ayer, diariamente, El Mercurio miente”, al que el diario respondió ampliando sus acusaciones, nuevamente en el Cuerpo D titulando, ni más ni menos, “El Mercurio no miente”. Así, en esos días algunos estudiantes que trabajábamos en la Federación decidimos inscribir el dominio elmercuriomiente.cl, con la idea de levantar un medio de comunicación estudiantil bajo ese nombre.

Creo que un par de años después postulamos a los fondos de iniciativas estudiantiles de la Universidad, para comprar cámaras de video y computadores para editar breves notas de lo que ocurría en la U. La calidad de los reportajes era amateur, y fuimos sumando estudiantes de distintas facultades a hacer un video. Nada muy destacable, hasta que recibimos la notificación del NIC (entidad encargada de administrar los .cl) de la demanda de El Mercurio reclamando ser los legítimos propietarios de elmercuriomiente.cl.

Recuerdo que en The Clinic se comentó brevemente lo paradójico del asunto (el mismísimo Agustín Edwards reclamando la propiedad de una frase así), y dos abogados expertos en derecho digital nos escribieron para ayudarnos frente a la demanda (no los nombro y les rindo homenaje solo porque no sé si les parecería bien). La contienda parecía simple, toda vez que las reglas de NIC señalan que una de las tres condiciones que deben darse necesariamente para revocar un dominio es “Que el nombre de dominio sea idéntico o engañosamente similar a una marca de producto o de servicio sobre la que tiene derechos el reclamante, o a un nombre por el cual el reclamante es reconocido”. Las otras dos condiciones hablaban de carencia derechos legítimos y mala fe, lo que podía ser discutible, pero que Elmercuriomiente sea “idéntico o engañosamente similar” a El Mercurio parecía ser algo casi risible.

Pero al frente estaba El Mercurio. El juez árbitro Pablo Cánovas pidió informes para clarificar si se cumplían las circunstancias para revocar el dominio a dos asociaciones gremiales en cuya directiva está El Mercurio, la Asociación de Medios de Internet (AMI) y la Asociación Nacional de Prensa (ANP).

Meses después vino el fallo, el que es inapelable de acuerdo a la normativa NIC. A criterio del juez, El Mercurio y El Mercurio Miente podían producir confusión en usuario que intentando llegar al diario terminara en el sitio de videos estudiantiles. Además, el fallo afirma que ambos sitios, el diario y nuestros videos, eran “competencia”.

Afortunadamente, en aquel 2001 inscribimos también elmercuriomiente.com, el que si El Mercurio lo quiere para sí tiene que ir a demandarnos a EE.UU., donde, según contaban los abogados, la reglamentación para quitarle un dominio a alguien es más restrictiva y, por cierto, los derechos fácticos del decano de la prensa han de ser menores.

Así las cosas, ojalá que los legítimos inscriptores de piñeramiente.cl no se encuentren con los mismos criterios arbitrales que enfrentamos nosotros, y terminen frente a un fallo que asegure que su nombre es idéntico o engañosamente similar a Piñera. Aunque cueste creerlo.

viernes, enero 15, 2010

Razones desde la Izquierda, por Nicolás Grau y Gabriel Boric

La elección de este domingo representa desde ya, gane quien gane, un fracaso para el mundo de izquierda. Por una parte, el país elegirá entre continuar con la Concertación y su condescendencia con la forma de vida que heredamos de la dictadura, o bien cambiar a un gobierno de derecha del cual no se puede esperar otra cosa que la profundización de ese modelo.
Por otra parte, la política ocupa cada vez un espacio menos relevante en nuestras vidas. Es así como a muy pocos de las nuevas generaciones les interesa participar en esta elección. En efecto, el nuevo presidente puede ser elegido con menos votos que los que obtuvo Pinochet en el plebiscito del 88.
Ambas situaciones, las opciones que hoy tenemos y quienes han deseado ser los electores, son buenos motivos para sentir frustración y necesidad de cambiar el cuadro político futuro.
Es por esto que nuestro deber como parte del mundo de izquierda es construir una plataforma programática de largo plazo que, sin estar solamente determinada por coyunturas electorales contingentes, sea capaz de reunir a todas las fuerzas que hoy, por diferentes motivos, han decidido enfrentar la realidad de manera dividida. Debemos recuperar la vocación de mayoría y la capacidad de transformar la realidad.
Ahora bien, nos guste o no, el próximo domingo va a ser electo el próximo presidente de Chile. Y ante este escenario no somos indiferentes.
Nos somos indiferentes, pues no sólo conocemos la historia de nuestro país y, en particular, el actuar de la derecha durante la dictadura, sino que ademas hemos vivido la implementación de un conjunto de políticas  de derecha durante los gobiernos de la Concertación.
Es por lo último que no nos parece creíble ni aceptable que el mismo conglomerado que durante 22 años ha hecho del consenso un fin en sí mismo, y que hace sólo un año alzaba sus manos con la UDI y RN, haciendo un festín con su pobre y continuista reforma educacional (LGE), que de paso le daba la espalda al movimiento social más esperanzador que ha tenido el Chile post dictadura -la movilización pinguina de 2006-, ahora nos trate de convencer de una caricatura en que la derecha es inmoral y malvada y que ellos  son los paladines del progresismo.
El oportunismo político y la mala memoria nos hacen dudar. Sin embargo, pensamos que la mejor opción, entre el nulo y votar por Frei, es aportar con nuestro voto y opinión para que los partidos de derecha no lleguen al poder político.  De este modo, este domingo 17 haremos fuerza en la misma dirección con el sector del cual hemos sido oposición, votaremos de igual modo, pero nuestras razones no son sus razones.
Votaremos Frei porque pese a que sus palabras a estas alturas no son garantía suficiente, parte de los compromisos que han asumido frente a la desesperación de una posible derrota abren una brecha de posibilidad a cambios en el sistema político, tributario y educacional que nos parecen profundamente necesarios. También porque en el concierto Latinoamericano nos sentimos más cerca de Mujica, de Lula, de Correa y de Morales, que de Uribe, García y Calderón, y pese a que Frei no representa lo mismo que el primer grupo, sabemos que en un gobierno de derecha, los aliados serían los segundos. Y además, porque vemos en las dos almas que cruzan a la Concertación, una que no ha abrazado al neoliberalismo, una con la que es posible avanzar en la acción del mundo social en su lucha por mayor democratización, equidad y justicia.
En definitiva, este domingo votaremos Frei con una sensacion de vergüenza y responsabilidad. Lo haremos porque creemos que es lo mejor para el País. Esperamos contribuir para que en el futuro tengamos una mejor opcion y un conjunto de ciudadanos que deseen participar de tal elección.

(Gabriel Boric fue Presidente del Centro de Estudiantes de Derecho de la Universidad de Chile en 2008; Nicolas Grau es
Economista y  fue Presidente FECH en 2006)

miércoles, enero 13, 2010

4 elementos para entender a MEO

Prevención: Para todo individuo o fuerza política lo primero es siempre el interés nacional, el que alcanza su mayor expresión cuando marchan bien sus intereses particulares. Difícil de tragar, pero inevitable para entender: “Lo mejor para que a Chile le vaya bien, es que a nosotros nos vaya bien”. Dicho de modo más políticamente correcto, creen fervientemente en sus capacidades y proyectos, y en el impacto de éstos en el bien común.


Pregunta: ¿Qué hicieron los votantes de de Marco Enríquez Ominami en las parlamentarias?  Mientras Piñera obtuvo poco más de 200.000 votos por sobre la Alianza, Frei estuvo 850.000 votos por debajo de su lista. Hay 400.000 nulos más que en la presidencial, y la lista de MEO no alcanzó a ser la cuarta parte de los votos de su abanderado (325.000 votos, incluyendo al MAS de Navarro, que iba en otra lista). En síntesis, la mayor parte de los votantes de Marco fueron a la lista de la Concertación, y luego partes menores a la lista propia, al nulo y a la Alianza. Los muy visibles marquistas de derecha eran pocos más que los nombres que se hicieron conocidos en la pasada. Si el fenómeno hubiera existido, en Las Condes, Vitacura, Lo Barnechea, Ñuñoa, Providencia, los lugares donde debieran hacer masa estos votantes derechistas, ilustrados, liberales, y marquistas, la votación de la derecha debiera ser superior a Piñera. Pero en ambos casos son votaciones muy similares, con diferencias de apenas 1.000 votos entre presidencial y diputados. Para la mayoría relativa de los electores de Marco, más que una tercera fuerza hubo primarias de la Concertación.


Paradoja: El 13 de diciembre pasado hubo un gran ganador y un gran perdedor, los partidos. Mientras concentran las críticas de la ciudadanía como símbolos del espacio lúgubre en que se hace la política, se fortalecen como la única herramienta electoral exitosa a la hora de convertir los votos en posiciones de poder. Quien no cuente con un partido capaz de articular alianzas y ganarse espacios, podrá ganar en las urnas -Escobar, Urrutia-, hacer avanzar sus ideas -Enríquez Ominami-, pero no contará con espacios de poder concreto, salvo cacicazgos locales que deben ponerse a prueba en cada pasada -Punta Arenas-.


Moraleja: En nuestras elecciones una mesa de negociación vale más que una mesa de votación. Si el binominal de las parlamentarias y la segunda vuelta presidencial fortalecen la existencia del duopolio al premiar al que llega segundo, la municipal es peor todavía: elección uninominal (alcaldes) de todo o nada, donde es ser primero o perder. Por eso es tan difícil construir una tercera casa en un barrio donde el plano regulador está hecho para que solo quepan dos. Lo entendió Piñera, que pese a los infinitos golpes y menosprecios de la UDI que recibió decidió ir poco a poco ganando terreno hasta al día de hoy, en que los gremialistas deben conformarse ante su dominio casi hegemónico. Lo entendió el Partido Comunista, que abandonó el sueño de la casa propia a cambio de arrendar una pieza en la casa de la Concertación, obteniendo más comodidad que en sus 20 años de listas alternativas.


Con estos cuatro elementos no cuesta tanto entender a MEO y su voto, ahora público, a Frei. Es un gesto que cuida su capital político a futuro -aun con costos relevantes en tiempo presente-, que sintoniza con la mayoría relativa de sus votantes (no todos, ojo, Frei necesita casi ¾ para ganar el balotaje), y lo legitima ante las mesas políticas que en 2012 se articularán para preparar las listas municipales y, sobretodo, para la carrera presidencial de 2013 y sus eventuales primarias. En el escenario improbable de triunfo Freísta, MEO será parte de los ganadores y podrá anotar su nombre en la lista de sucesión. En el escenario probable de derrota, no será un paria, y podrá negociar y disputar su posición al interior del “todos contra Piñera”, la flamante coalición opositora. En cualquier caso, no conviene olvidarlo, sin partidos no hay infierno… ni paraíso.